Los factores dietéticos y la comida que se consume son importantes para el bienestar del ser humano. Una flora intestinal sana logra maravillas en el organismo y mejora la calidad de vida de las personas, mientras que una flora intestinal desequilibrada y enferma puede causar grandes problemas. Por eso es importante tener una dieta equilibrada y consumir alimentos prebióticos para mejorar la salud intestinal.
El consumo de prebióticos ayuda a mantener la flora intestinal en óptimas condiciones y prevenir enfermedades digestivas crónicas en el organismo. Estas sustancias pueden ser encontradas en la alimentación diaria, sin que una persona se dé cuenta de que están presentes, pero es necesario consumirlas de la forma correcta para que puedan ser beneficiosas para la salud.
Es esencial conocer cuáles son estos alimentos para que sean incluidos más frecuentemente en una dieta balanceada, en especial para aquellas personas que constantemente padecen enfermedades intestinales agudas y crónicas. Por eso hoy te presentamos los alimentos prebióticos que pueden mejorar tu salud intestinal y sus beneficios para el organismo.
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¿Qué son?
Son alimentos que contienen fibras vegetales especializadas que nutren y estimulan el crecimiento de las bacterias beneficiosas que se encuentran en la flora intestinal, como las bifidobacterias y lactobacilos, también hace daño a otras que perjudican la salud. Estos alimentos no son digeribles por el cuerpo, simplemente actúan directamente con las bacterias para lograr su cometido en el intestino.
Estas sustancias ricas en alto contenido de fibra están compuestas por diversas moléculas de gran tamaño, principalmente de hidratos de carbono de cadena corta (oligos y polisacáridos) que son fermentadas a lo largo del intestino para dirigirse a las bacterias en las que va a actuar. Además, producen ácidos grasos de cadena corta, especialmente acetato, butirato y propionato, ideales para brindar energía y beneficios al colón.
¿Cuáles son los alimentos prebióticos?
En la larga lista de alimentos prebióticos se pueden encontrar alimentos de fácil alcance, no muy costosos y no es necesario consumir comidas extrañas o de largos procesos de preparación para que el organismo adquiera las sustancias prebióticas. De hecho, son consumidos de forma regular en las comidas, sin saber que son parte de esta clasificación de elementos.
Los alimentos que principalmente poseen estas sustancias son las frutas y las verduras. Los cereales integrales como trigo, avena y cebada contienen inulina, al igual que las verduras como la alcachofa y la achicoria. Otros vegetales prebióticos son la cebolla, el ajo y el puerro, que contienen derivados de inulina y fructooligosacáridos, sustancia también presente en los espárragos.
Lentejas, alubias, garbanzos, guisantes y otras legumbres contienen rafinosa y estaquiosa, que no son digeridas por el organismo, así que son netamente consumidas por la flora intestinal, por lo que su consumo regular favorece la salud de forma eficiente. Los granos enteros también cuentan con un gran nivel de prebióticos, al igual que semillas como la linaza y la chía.
Los tubérculos como las patatas o el boniato también son buenos para el organismo gracias a sus efectos prebióticos, pero hay que tener en cuenta que deben ser comidos fríos para que logren la función deseada, ya que el enfriamiento de estos alimentos produce almidón resistente.
Para los amantes del chocolate, quizás esta sea una buena noticia. Estudios recientes han descubierto que el cacao fermenta estas sustancias para obtener componentes antiinflamatorios. Cuanto más alta sea la cantidad de cacao que consume el organismo es mejor, pero es recomendable que sea combinado con otros alimentos para que haya un equilibrio entre lo sano y lo dañino de este dulce como, por ejemplo, las frutas.
Las frutas más ricas en prebióticos son los arándanos, la manzana gracias a la pectina que contiene en su cáscara. Y otras como el plátano y la banana tienen carbohidratos que no pueden ser digeribles y actúan como fuente para el crecimiento de las bacterias intestinales beneficiosas. En caso de los plátanos verdes, su función prebiótica se potencia al contener más almidón resistente.
¿Cuáles son los efectos de los prebióticos en el organismo?
El consumo de prebióticos realiza maravillas en cuanto a la salud intestinal. Ayuda a regenerar y mantener la flora intestinal sana al nutrir sus bacterias beneficiosas, evita las infecciones que puedan generarse en los intestinos y el desarrollo de enfermedades crónicas o graves.
Los que se encuentran en el almidón resistente y los polisacáridos no amiláceos, como los que se encuentran en la patata, ayudan a evitar el estreñimiento cuando es consumido a diario, aunque sea en pequeñas dosis. Por otro lado, cuando se padece de estreñimiento funcional, estos junto a los alimentos probióticos reducen los síntomas y alivian los malestares.
Estudios afirman que la inulina y la oligofructosa luchan contra las enfermedades inflamatorias intestinales, ya que alivian y limpian la mucosa intestinal y reducen los síntomas inflamatorios de pacientes con colitis activa y la enfermedad de Crohn. Además, son sustancias preventivas contra otras enfermedades y trastornos cardiovasculares, de obesidad, diabetes o alergia.
La diarrea aguda dejaría de ser un problema si se consumen los prebióticos de forma correcta constantemente, los oligosacáridos son protectores naturales contra la diarrea, ya que, actúan al modificar la flora intestinal, inhibe los coliformes y mantienen el trofismo de la mucosa, los que luchan contra los receptores que activan esta molestosa enfermedad.
Disminuye la posibilidad de cáncer de colon, al luchar contra las bacterias negativas en el organismo y desactivar la actividad de las enzimas intestinales que pueden ser convertidas en procarcinógenos, que son carcinógenos secundarios. Esto se logra gracias al consumo de oligofructosa e inulina.Por otro lado, benefician al metabolismo lipídico al reducir los grados de colesterol en el cuerpo y regula los niveles de glucosa que se encuentran en el organismo. Además, facilitan la absorción de calcio, hierro y magnesio para evitar enfermedades óseas como la osteoporosis, al brindarle a los huesos la fortaleza ósea que se necesita para evitar su degeneración. Asimismo, mejora la digestión y la absorción de otros nutrientes.
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