El intestino es una de las áreas más protegidas del cuerpo humano, gracias a una capa de microorganismos vivos que trabajan en conjunto para su cuidado. Pero ¿te imaginas que estos componentes sufran anomalías durante su ciclo de vida? Esto sin duda trae problemas, porque estos elementos llamados prebióticos necesitan sobrevivir para preservar la digestión, el sistema inmune y mucho más.
Cabe mencionar un dicho popular que tiene razón: “eres lo que comes”. No solo tú te alimentas, sino que provees nutrientes a esos microorganismos buenos para que ganen fuerza en una dura batalla que las bacterias patógenas pretenden ganar a como dé lugar. ¿Sabes qué son los prebióticos y para qué sirven? Sigue de cerca esta lectura para comprobar todos sus beneficios.
¿Qué son los prebióticos?
Son microorganismos que en su fondo albergan un número considerable de moléculas de gran tamaño, las cuales almacenan números interesantes de fibra que protegen la pared intestinal, además de mejorar la síntesis de las vitaminas pertenecientes al grupo B. En la actualidad está tomando vigor una dieta rica en prebióticos que se basa en la ingesta de frutas y vegetales o suplementos para ampliar la salud estomacal. Puedes comprarlos aquí:
Table could not be displayed.Los hidratos de carbono y los polisacáridos acompañan a los prebióticos en proteger la salud del estómago ante la inclemencia con que actúan los microorganismos patógenos. Una de sus cualidades radica en que no son digeribles como los alimentos, pero sí inciden en mejorar la participación de las bacterias buenas de la flora intestinal. Para saber con exactitud su definición, es pertinente desglosar sus características:
- El prebiótico es un componente muy fuerte, es decir, no es absorbido por ningún otro microorganismo patógeno, ni mucho menos se diluye en medio del tránsito intestinal.
- Cuando llega a alguna zona específica del colon, inmediatamente sufre de una fermentación bacteriana. Es un ciclo que se repite constantemente en medio de su desarrollo.
- La fermentación no ha de ocupar a todas las bacterias asociadas a la flora, es decir, no estará en capacidad de alimentar a los patógenos, a sabiendas que son la antítesis que desmejora el tránsito natural. Sin embargo, sí contribuye a producir más microorganismos saludables para el ser humano.
Metafóricamente, hablamos de prebióticos como una especie de “fertilizantes” que fortalecen a los microorganismos que ya trabajan de forma natural en el estómago. Es un “plus” que da mayor vida a estos compuestos que permanecen en movimiento para prevenir enfermedades asociadas a la mala digestión, colon irritable y demás.
Encontrar los prebióticos en algunos alimentos es una tarea sencilla, porque están presentes en un número importante de frutas y verduras. Por ejemplo, debemos investigar cuáles tienen carbohidratos complejos, junto a fibra y almidón. Al no ser digerido por el cuerpo humano, es el enlace perfecto para que los microorganismos logren proveerse de ellos para subsistir.
Los suplementos prebióticos también poseen un listado interminable con grandes recomendaciones que los médicos harán en su consultorio si hay una baja importante en el cuerpo. Es de vital relevancia encontrar todos los alimentos ricos en prebióticos para evitar el desgaste o debilidad de los buenos microorganismos que revisten la pared intestinal.
También puedes encontrar suplementos combinados llamados simbióticos.
¿Para qué sirven?
Los médicos han comprobado, a través del método científico, que los prebióticos funcionan para optimizar el metabolismo, prevenir infecciones o modular la grasa acumulada en la pared estomacal. Si no es suficiente con lo dicho, respalda el sistema inmune para evitar el contagio de cualquier virus existente.
Si padeces de alguna enfermedad cardiovascular por motivo de obesidad, alergia o diabetes, es de considerar la ingesta de prebióticos para fortalecer los microorganismos que aún residen en las cavidades del estómago. Recuerda que una alimentación de calidad, es sinónimo de un generoso estilo de vida que el cuerpo sabrá agradecer en el futuro.
No veas en la microbiota intestinal como un suceso de repercusiones negativas para el humano, porque es una condición con que todos nacemos para proteger el estómago frente a los ataques de bacterias dañinas. Al final de cuentas, son un grupo de ellas quienes accionan contra los patógenos para su salvaguarda. Ahora bien, si es pertinente la identidad bacteriana, porque no todas cumplen las mismas funciones en su interior.
Si el sistema gastrointestinal está bien cuidado y estable ¿habrá motivos suficientes para estar preocupados más adelante? En absoluto, porque no solo sentirás una gran sensación de bienestar cada vez que comas, sino que además, el sistema inmune estará fortalecido en su totalidad, hasta el grado de no enfermar por un buen tiempo.
Tienen una función compartida junto a los probióticos en cuanto a la absorción de calcio, hierro y magnesio. Si estos elementos están fusionados correctamente, la permeabilidad del calcio queda enaltecida para proliferar sin esfuerzo una cantidad sustancial de minerales básicos que el cuerpo necesita para su mantenimiento.
Absorben muy bien muchos nutrientes para favorecer la digestión, tomando en cuenta que hay horarios alimenticios que abarcan platillos pesados para el estómago. Regula los niveles de glucosa en la sangre, siendo la razón principal para que los diabéticos realicen una dieta balanceada en prebióticos que aminoren su azúcar en la sangre.
Los prebióticos siempre velarán por la microbia más lastimada, es decir, aquellas que estén a punto de morir por las acciones patógenas. En ellas concentrará su esfuerzo en la reanimación, para que continúen trabajando con normalidad en el intestino. Una de sus funciones es garantizar un buen ambiente para los microorganismos, pese a la adversidad en que suelen encontrarse muchas veces.
Te ponemos un ejemplo apegado a la vida común de una madre y su bebé de escasos días de nacido. La leche materna posee una cantidad generosa de galactooligosacáridos, que supera el poder de muchas proteínas y minerales. Ello indica que si un niño es alimentado con una leche de calidad, tendrá un estómago fortalecido desde sus primeros meses de vida, porque sus microorganismos están amparados por los prebióticos.
En virtud de encontrar prebióticos naturales, no existen contraindicaciones oficiales para que un médico desautorice su uso por alguna razón específica. En el mercado prevalecen algunas soluciones en fármaco para tratar de cerca enfermedades patógenas y para eso sí es crucial asistir al consultorio para expresar todas las inquietudes relacionadas.
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